A dos de tres caídas

Es un tigre contra una calavera en un ring de pueblo. Su lucha es la primera de la función. Nadie los conoce. El tigre parece más carismático, pero es rudo. La calavera (¿por qué una calavera es del bando técnico?) literalmente está en los huesos. Son tan malos que dan risa, pero se dan unos porrazos que dan ganas de llorar.

No es fácil ser un luchador desconocido. Se lucha a dos de tres caídas, sin límite de tiempo.

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Ayotzinapa en Buenos Aires

Desde Avenida la Plata hasta la Avenida Ingeniero Huergo, en Buenos Aires, se recorren aproximadamente 43 cuadras. El trayecto va desde el barrio de Caballito, luego pasa por Almagro, Balvanera, Monserrat, San Telmo y finalmente desemboca en Puerto Madero y el río de la Plata. Son 43 cuadras y una coincidencia brutal si se caminan por la Avenida México, porque son también 43 los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

“México los desaparece”. “México Estado terrorista”. “México los violenta”. Así se presenta la Avenida México al transeúnte perdido que busca información en los letreros de las esquinas. Desde el 26 de enero, como parte de la Octava Jornada Global de Solidaridad con Ayotzinapa, la calle pide justicia y la aparición con vida de los normalistas mexicanos. Durante una marcha celebrada ese día se colocaron carteles con las fotografías de los jóvenes desaparecidos hace más de seis meses. Hasta estas aceras ha llegado la protesta.

A pesar del paso del tiempo, varios de los carteles siguen firmes. La protesta se ha mimetizado con la avenida. Ayotzinapa en la Avenida México. Ayotzinapa en Buenos Aires.             CMex3 CMex6 CMex2 CMex12 CMex1 CMex13 CMex14 CMex15 CMex10 CMex9 CMex11 CMex7 CMex8 CMex5 CMex17

“Eras mi hermana”

“Este año no es tan grande, pero no las olvidamos”, me dice una señora que comienza a prender las veladoras que iluminan la Ofrenda de las Trabajadoras Sexuales Independientes. El viento sopla fuerte en la colonia Buenavista de la Ciudad de México. Al fondo comienza la puesta del sol con el Monumento a la Revolución como escenografía. No conozco a esa señora pero ya empezamos a platicar.

AlbertoVega3AlbertoVega2Lo primero que me cuenta es que cada año las trabajadoras sexuales de la zona instalan ese altar conmemorando el Día de los Fieles Difuntos, para recordar a sus compañeras, amigas y hermanas fallecidas. O al menos a las que pueden rendir algún tributo, porque muchas otras quedan en el anonimato y posterior olvido. Es el recuerdo por y para ellas.

AlbertoVega1AlbertoVega7AlbertoVega6La ofrenda, como cualquier otra, está conformada por elementos como flores de cempasúchil, comida y bebida. Sin embargo, lo que destaca son los mensajes que le dan sentido. “La Masajitos la mataron”. “Galilea murió asesinada”. “Samantha murió de enfermedad”. “La Barbi (Lucía) la asesinaron”. “La Becky la asesinaron”. “Lidia la asesinaron”. “La Colegiala murió de enfermedad”.

AlbertoVega4AlbertoVega8Nuestra conversación de inmediato pasa al punto más amargo: esa ofrenda es una manera de recordar a sus hermanas olvidadas. El aire con que lo dice es más bien el de la resignación, pues la mayoría de esas muertes fueron por crímenes o enfermedades que cotidianamente enfrentan en su trabajo. Hay tantos nombres o apodos, como casos de tragedia en esas calles.

Cuando finalmente todas las veladoras del altar están prendidas, ella se despide. Me dice que se le hace tarde, pero que me puedo quedar todo el tiempo que quiera viendo la ofrenda y tomando fotos. Entonces ella da la vuelta y se sienta en el suelo a maquillarse.

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